miércoles, 3 de junio de 2009

La farola del Parque Hernández




La farola del Parque Hernández

Para honrar la memoria de quien fue principal creador del más importante de los parques del la ciudad, el general Venancio Hernández, se levantó una artística farola hace algo más de cien años en un lugar privilegiado del propio Parque. Y pasados algunos años esta simbólica columna de iluminación fue trasladada a un extremo del mismo Parque, donde pasa casi desapercibida para los melillenses.
La Farola y El Telegrama del Rif
Gracias al empeño del diario local El Telegrama del Rif, el Pueblo de Melilla pudo tributar un merecido homenaje a la memoria de Venancio Hernández y Fernández ( 1839 – 1904 ), el general de división que como Comandante General de Melilla y presidente de la Junta de Arbitrios, con su tesón logró transformar en Parque un paraje hasta entonces utilizado por los militares en sus ejercicios y donde además el vecindario arrojaba los residuos sólidos.
El Parque Hernández fue inaugurado en el mes de mayo de 1902.
El Telegrama pudo llevar a la práctica el sentimiento unánime de los melillenses hacía el general Hernández. Siendo el conde la Torre Alta, Jefe de Artillería y antiguo presidente del Casino Militar, quien ante la Junta de Arbitrios, primero tomó la iniciativa de levantar una columna conmemorativa. Más por su excesivo coste la idea no prosperó y quedó en suspenso. Pero al poco tiempo y una vez fallecido el general Hernández, inmediatamente El Telegrama retomó el tema que precisaba su resolución sin dilatación ante la nueva situación creada con la falta del general.
Pocos días después de fallecido Venancio Hernández, El Telegrama se preguntaba: ¿ Habrá quien recoja y de forma a la idea de perpetuar la memoria del pundonoroso soldado ? Este mismo diario en su edición del 17 de agosto de 1904 cediendo a reiteradas instancias, recoge la iniciativa y procede a su consecución: “El Telegrama del Rif que tal piensa, cree hacerse intérprete de los generosos sentimientos del noble pueblo melillense, abriendo una suscripción popular para erigir un sencillo monumento, que perpetúe la memoria del Excmo. Sr. General D. Venancio Hernández.
Desde la modesta suma de 10 céntimos a la cantidad de 2 pesetas como cuota máxima, admitimos con el indicado fin”.
A los pocos días este periódico a fin de facilitar la suscripción comunicaba la relación de los establecimientos en los cuales podían encontrarse listas para inscribir sus nombres los interesados, así como efectuar la entrega de las cantidades en metálico. En total fueron 11 los establecimientos repartidos por toda la ciudad, de ellos 2 en el Pueblo, 4 en el Mantelete, 1 en la Alcazaba, 3 en el Polígono y finalmente 1 en el barrio de Triana. Podemos mencionar que uno de estos establecimientos colaboradores, Casa Montes, aún sigue abierto al público.
El 20 de agosto de 1904 se publica la primera lista de la suscripción pro monumento al general Hernández, encabezando la relación Cándido Lobera, director de El Telegrama, con dos pesetas. En la segunda lista el popular oficial de Artillería José Barbeta también aportó la cantidad máxima: 2 pesetas.
Un día después los ejemplares de El Telegrama reproducen párrafos de cartas de adhesión al proyecto, pues son muchos los apoyos.
Transcurrido un mes de iniciada la suscripción pública, ésta ya había superado todas las expectativas, no obstante de estar abierta a todas las clases sociales y en ella primar la participación del mayor número de melillenses ante el importe de lo recaudado.
Terminada la Suscripción Pro Monumento al General Hernández, el 29 de noviembre de 1904 el Telegrama puso a disposición de la Junta de Arbitrios la cantidad de 649 pesetas con 50 céntimos, y una vez que el Municipio decidió admitir dicha suma, aprobó completarla hasta reunir 1.500 pesetas. Un dinero considerado suficiente para que el ingeniero de la Junta Presentara el oportuno proyecto.
Aprobado el boceto y tras cinco años de espera, por fin quedó emplazado el monumento, la farola, en homenaje a Venancio Hernández el día 17 de abril de 1909.
Instalándose esta farola en el paseo central, en una rotonda situada al final del Parque Hernández, sobre una base de tres escalones en cuyos extremos unas columnitas sostenían un simbólico cierre de cadenas.
Camino del olvido
Al igual que el templete de música y fuentes que fueron levantadas en el cruce del paseo central del Parque Hernández, la farola homenaje a Venancio Hernández no permaneció mucho tiempo en su primitivo emplazamiento. En los años treinta y al desaparecer la rotonda denominada de Riego, antes Plaza Hernández en honor al general, y posteriormente llamada Plaza Bandera de Marruecos. La farola fue trasladada a donde hoy se ubica, un extremo del Parque frente al edificio de la Comandancia General. Como si esta farola dedicada a honrar la memoria de un ilustre español, hubiera sido iniciativa tan sólo del estamento militar de Melilla.
Creemos que la pérdida de protagonismo de la farola en el periodo de la II República, sencillamente se debió a que homenajeaba a un militar y entonces al estamento castrense ideológicamente se le vinculaba con la Monarquía, la represión y los conflictos a veces gratuitos impulsados por los profesionales de la guerra para demostrar su valía. Aquellos republicanos olvidaban que la mayoría de los militares aborrecen las luchas; pero queriendo lo mejor para los suyos, para su país. Ofrecen su sacrificio, todo cuanto tienen, sus vidas cuando es menester. Mientras que en la paz y cuando surge la oportunidad saben aplicar con éxito su formación técnica y dotes organizativas, y porque no, talante humanista en provecho de una sociedad de la que son parte. Muchos han sido los ingenieros militares en Melilla, que desde el anonimato y durante muchos años han laborado dejándonos su obra. E igualmente, otros insignes melillenses incluso dejaron la milicia por su afán de servicio; nos referimos a Cándido Lobera, fundador y director de El Telegrama, y Pablo Vallescá, impulsor, fundador y presidente hasta su muerte de la Cámara de Comercio de la ciudad.
Así pues, la farola homenaje constituye para los melillenses un permanente testimonio de recuerdo hacía Venancio Hernández y esos otros muchos militares que día a día se esfuerzan por forjar una sociedad mejor.
Debemos recordar que el general Hernández además de crear el Parque que lleva su nombre, transformó en paseo lugar de recreo el Muro X, actual Avenida del general Macías, creó los barrios de Santiago, y Triana, y puso en marcha la idea de construir la Plaza de España. Fue todo un soldado de la Paz de quien Jaime Tur, fundador y director de La Gaceta de Melilla, alabó su modestia, caballerosidad sin límites y honradez sin el menor atisbo de mancha. Escribiéndose también en el Telegrama de fecha 17 de agosto de 1904: “Un título no consignado, agiganta la figura del general Hernández, y es, el haber sacrificado su ambición personal, el bienestar de los suyos, en aras de la Nación y de la vida del soldado. En más de una ocasión pudo romper las hostilidades con los fronterizos y en acción de guerra ganar el segundo entorchado y sin embargo, encontró formula para dejar bien puesto el nombre español sin recurrir a extremos que hubieran costado muchas vidas y no poco dinero a nuestra Patria”.

Cuando se cumple el centenario de la erección de la farola, desde estas líneas queremos recuperar la memoria de hombres que como Venancio Hernández y Fernández nos legaron la Melilla que hoy disfrutamos.

Juan Díez Sánchez
( de la Asociación de Estudios Melillenses )




Artículo publicado en el semanario La Gaceta de Melilla, el 12 de septiembre de 1994.


Así como en Gaceta Local, suplemento del diario Melilla Hoy el 28 de mayo de 2009,


con ocasión de celebrarse en el año 2009 el centenario de la erección de la farola.

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