sábado, 24 de abril de 2010

EL SUBMARINO DE SAMMAR - Turismo de Arqueología de la II G.M.




El profesor Emilio Umbría Cruz sostiene en su mano una pequeña maqueta del Submarino alemán U-617 junto al historiador local Santiago Domínguez que con su impulso ha hecho posible que se hayan desarrollado en la UNED del 20 al 23 abril 2010, unas jornadas en torno a Melilla en el contexto de la Segunda Guerra Mundial con la participación de numerosos y cualificados ponentes relacionados con dicho tiempo en diversas disciplinas que han concitado un buen número de asistentes en estas conferencias, incluso algunos de ellos exponiendo vívidos recuerdos de aquellos años . La foto corresponde a una simpática instantánea momentos antes de iniciarse la conferencia estrella .

Albrech Brandi

Las leyendas y mitos de submarinos alemanes en el cabo Tres Forcas en las proximidades de Melilla eran conocidas en el aura del más alto secreto. Las primeras publicaciones de Manuel Cuenca, incluyendo conferencias impartidas en la Asociación de Estudios Melillenses y otras revelaciones de testigos directos han atraído a especialistas y apasionados en las historias de los U-boats alemanes de la segunda guerra mundial como es el caso del profesor Umbría en datos y fotografías expuestas en su ponencia , resultado de más de diez años de investigación. Es la singladura del submarino u-617 al mando de su comandante Kapitänleutnant Albrecht Brandi , que embarrancó cerca de la desembocadura del río Kert perseguido por navíos aliados un 12 de septiembre de 1943. De cómo su dotación fue alojada en Taouima, trasladada a Xauen, Ceuta y finalmente al Arsenal de la Carraca en San Fernando (Cádiz). El propio Brandi después de muchas peripecias volvió a Comandar otros dos submarinos antes de acabar la contienda , cayendo prisionero de los canadienses, sobrevivió a la guerra mundial falleciendo el 6 de junio de 1966 , siendo enterrado con honores militares en el cementerio de la ciudad alemana de Dortmund.

Son muchos los visitantes llegados a Melilla , que en cuanto tienen noticias de este tipo de historias relacionados con la segunda guerra mundial en zonas del antiguo Protectorado Español en Marruecos tienen un enorme interés en visitar dichas localizaciones en el vecino país, ya sea la de los pilotos ingleses de 1944 , los búnkeres de la “línea Pérez” del río Muluya, la operación americana en 1943 Backbone II de ocupación del antiguo Protectorado Español o las historias de espías que pululaban por Melilla en los años 40 como la atractiva espía alemana María Riltter y de la secreta presencia en nuestra ciudad del propio general Patton.
Es curioso el dato de cómo en aquellos años 40 existían en la ciudad de Melilla consulados francés , inglés e italiano, pues las diversas potencias seguían con detenimiento la actitud de Franco en su decisión de incorporarse al Eje.
Felicitar por tanto a la UNED en patrocinar este tipo de iniciativas , que tanto interés despiertan en el público melillense que además traspasa fronteras por el seguimiento de estas Jornadas en los foros de Internet, esperando que de las mismas se publiquen monografías de una guerra ajena que casi nos atrapa, tal como concluye Santiago Domínguez LLosá.

Juan José Florensa Conesa

domingo, 18 de abril de 2010

Manifiesto por el Patrimonio de Melilla la Vieja

Querido monumento,
Hace ya tiempo que quería escribirte esta carta, pero qué difícil es dirigirse a ti desde la agobiante temporalidad de un ser humano. Eres un ente inmemorial, pero tan tangible que todo el mundo tiene el derecho de hacerte y de sentirte como algo propio; pero cualquier persona no deja de ser un fugaz rastro de vida si se compara con los siglos de tus viejas piedras, con tu genealogía.Y es que tus antecedentes, tu historia, son inabarcables.


Vista aérea tomada desde helicóptero en 1971, por Arístides Pedrosa ( 1925 - 2010)
Ya no quiero referirme a lo que ahora podemos ver de ti, sino a los genes que llevas dentro de tu largo devenir. No hace falta verlos para encontrar en tu interior los restos de la cerca fenicia, los sillares que pusieron en tus muros los romanos, el aparejo de soga y tizón con el que te reconstruyeron los omeyas cordobeses o el tapial que tuvieron tus murallas almohades. Todo eso está en ti como las personas llevamos los genes de nuestros padres y abuelos, aunque lógicamente cada uno se diferencia de sus progenitores.
Tú, como ente vivo y dotado de personalidad propia, también eres diferente, porque en tu forma actual reflejas siglos de aventuras y sinsabores. Centurias en las que desempeñaste una misión difícil para la que los reyes españoles te dotaron de la forma que hoy tienes. Por eso eres como eres.En tu estado actual renaces, una vez más, en 1497. En esos momentos te rediseñan ni más ni menos que prestigiosos ingenieros italianos que han dejado en tus piedras ese tenue reflejo del Renacimiento tardío. Torreones, aljibes, almacenes, todo se va construyendo y reconstruyendo lentamente. Piedra a piedra. Y eso porque eres fruto de un trabajo lentísimo, y eres fruto, que nadie lo olvide, de una transformación eterna.
Cada momento y periodo ha sido diferentes en tu vida y en tu forma. Cada año venían nuevas obras, se levantaban muros y cortinas, adarves y merlones, escarpas y aspilleras. Nunca has sido igual, siempre en continua transformación, siempre diferente a la Melilla que dejabas atrás. No fue nunca igual la Melilla de los Austrias a la Melilla de los Borbones del siglo XVIII, que traen aires nuevos con las técnicas de fortificación de los Países Bajos. En esos momentos creces con amplitud, y la línea de tus glacis se perdían en un horizonte, siempre, amiga mía, plagados de incertidumbres.
Cuando se levanta la Melilla moderna, el paso de finales del siglo XIX al XX, estás a punto de quedarte sin ocupación. Los expertos decían que no servías para nada, y que tus defensas y muros construidos a lo largo de siglos eran inútiles. Incluso algún ingeniero proyectó demolerte parcialmente. Pero qué equivocados estaban si pensaban que podrían acabar contigo. Te reciclaste y cambiaste brillantemente de profesión: ya no servías para defenderte, sino para ser contemplada. Habías encontrado un nuevo empleo: el de monumento. Y menudo futuro tenías, hay que reconocerte una vista muy especial para renacer una y otra vez.Ya antes admiraban tu belleza, pero como monumento histórico naces legalmente en 1953, y con la firma ni más ni menos de una persona tan admirada como Joaquín Ruiz Giménez. Las bendiciones estaban dadas y te serían convalidadas en 1986, cuando Javier Solana Madariaga te añadía un nuevo título, el de Bien de Interés Cultural.Pero nadie sospechaba los problemas que esto te causaría. Cuando eras fortaleza, no pasaba un día sin que te fueran transformando piedra a piedra, te cambiaban permanentemente, y nunca eras igual. Pero cuando empiezas a asumir tu nuevo papel como monumento todos quisieron congelar tu imagen. Se acabaron las transformaciones, ya no se te admitía cambio alguno y se te exigía que fueses siendo auténtica pero sin permitir la más leve modificación.

Vista aérea tomada desde helicóptero en 1991, por José Domenech ( 1963 - 1995 )
Ya sé que te preguntaste que cómo ibas a conseguir superar ese reto, pero conozco la confianza que siempre has tenido en ti misma, y que te ha permitido salir brillantemente de todos los líos en los que te has visto inmersa.De todos modos no eran años económicamente buenos, y a pesar de lo que intentaban hacer para que tus viejos muros no se vinieran abajo, poco a poco te ibas arruinando. Las casas se caían destartaladas y tu población huía de tus calles y rincones. Los muros se desportillaban mientras que tus minas subterráneas dejaban de utilizarse como el drenaje que siempre fueron, y empezaban a obturarse como las arterias envejecidas de un anciano.Y así de mal estabas a finales de los años ochenta, cuando la fortuna se puso de nuevo de tu lado y las obras volvieron a tu vida cotidiana. Un plan de rehabilitación empezaba a consolidarte, pero también a cambiarte la fisonomía.
Ahora que nadie nos oye, tengo que confesarte que algunas de las obras que te han hecho en los últimos veinte años me gustan bastante y otras mucho menos y me producen un cierto desasosiego, pero reconozco que te he conocido ruinosa y decrépita y que casi me molesta verte moderna y transformada. Incluso quisieron rebautizarte con el cursi nombre de ciudadela.La culpa de todo la tienes tú misma, por hacer que todos te sintamos un poco nuestra.

Ya el poeta al Razi cantó tus murallas inexpugnables y todos los melillenses, desde el gobernador al último marinero de la Compañía de Mar han sentido durante siglos que les pertenecías un poco. Qué simbiosis más perfecta, Melilla la Vieja y su gente, las personas que la han vivido y que por ello, la han transformado y la han hecho posible.Pero ahora todos hemos querido congelar tu imagen en nuestro recuerdo y en nuestros sentimientos, pero es justo reconocer que no tenemos derecho de apropiarnos totalmente de ti, de atraparte en nuestros deseos que quieren que continúes siendo como eres, aunque no te encuentres bien y necesites cambios.
Nos hemos enamorado a veces de tus ruinas, y nos duele verte cambiar, rejuvenecer y transformarte ¿sabes por qué? posiblemente porque te envidiamos tu capacidad de poder hacerlo, mientras que el paso del tiempo en nosotros es inexorable, no tiene vuelta atrás.Por eso, Melilla la Vieja, Pueblo nuestro, te envidiamos, pero con esa envidia sana de los que te quieren y te admiran, de los que cuando estamos en tu interior nos sentimos en nuestra casa, y formamos parte, aunque sea por un momento, de ti misma.Melilla, haznos un favor, pervive por muchos más siglos, para que un pequeño recuerdo nuestro perdure en tus piedras en el futuro, hazlo por nosotros.
Melilla la Vieja, 16 de abril de 2010
Antonio Bravo Nieto, Cronista Oficial de Melilla